Abro los ojos (¡...sí, los abro...!) y pienso: joé, otro día más. (bueno, no lo pienso así pero parecido ^^ )
Me levanto, me aseo y me visto pensando que "qué coñazo empezar otro nuevo día" y que "cuántos días faltarán para no tener que levantarse pronto". Pero eso me dura nada. Cuando cojo el metro, ya desayunado y me dirijo al trabajo, me siento otra vez contento y vuelvo a sonreír. Supongo que uno tiene derecho a esos momentillos,¿no?
10/12/08
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