Hacia mi cuarto.

Acabo de cenar. No es tarde pero como hoy es fiesta no hay nadie por aquí. Normalmente no suelo ir pensando en cosas que me den miedo pero esta noche algo me ha sobresaltado.
enfilo el pasillo largo de todas las noches para ir a mi cuarto, pero hoy es diferente.
No se oye nada, solo el tic-tac de mi bastón y mis pasos.Levanto el bastón y voy a tientas para oír mejor mis pasos.¿Viene alguien detrás de mi? ¡no, nadie! me giro, pero entonces tengo miedo de haberme girado. me imagino un monstuo delante mío atacándome, o ruídos de aquellos que de pequeño me daban miedo. Vuelvo a coger el pasillo con más velocidad. ¿De qué tengo miedo si precisamente no hay nadie? Una ventana abierta deja pasar el aire frío. El contraste con el calor me da un escalofrío. Esto empieza a parecer una peli de miedo. Recuerdo aquella escena de un libro de King en la que por un pasillo oscuro le perseguía un monstruo que no conseguía ver exactamente que era. Eso es lo que da miedo, el no ver. pero a mi eso me da igual, no me da miedo, sino estaría siempre temiendo. Subo las escaleras e imagino a gente que le dan miedo. pienso no sé porqué en l hotel del resplandor y en la niña del exorcista. ¡Demasiadas películas! Enfilo el nuevo pasillo, este ya no da tanto miedo, es más nuevo. ¡y eso que no puedo ver el aspecto de manicómio que tiene esto! Llego a mi habitación y abro, temiendo que cuando abra, millones de seres me ataquen o algo parecido. Entro en la habitación y no hay nada, pongo la tele (sin evitar pensar en la niña de The Ring), y me acuesto en la cama. ¡A salvo! (¡Ni que en la cama estuviera uno a salvo!)... Madre mía...