15/12/11

Recuerdos y añoranzas

Alegría y tristeza, felicidad y dolor, pueden ser sinónimos, pueden compartir un solo corazón.

Hoy veo los rostros de aquellos cuyos caminos se cruzaron con el mío, rememoro sus gestos, sus voces, el tacto de su piel, el aroma de su cabello, la dulzura de su trato. Risas y llantos compartidos, penas y alegrías conectadas, noches eternas de complicidades íntimas, separaciones por peleas, reconciliaciones tiernas. Yendo y volviendo, como las olas sobre la arena, persiguiendo nuestros sueños, aunando nuestros esfuerzos, peleando por sobresalir en ese mundo que tantas veces nos intentó golpear y hundirnos de nuevo en el fango.

Los años pasarán y el tiempo, las circunstancias, el camino escogido en la vida nos separa lentamente. Poco sabemos ya de aquellos que alguna vez nos consolaron en sus brazos, con quienes compartimos ilusiones y sueños, inventamos mundos enteros de aventuras, amores, fantasías y deseos.

Ahora vuelvo a mirar nuestras fotos, esas en las que estamos juntos, sonriendo, siendo como niños, físicamente, sí, pero también en nuestro espíritu. Veo la simpleza de ese momento, la pureza de ese sentimiento y algo se mueve en mi interior. No es alegría, tampoco es dolor. Es un grito desgarrador que sube por la garganta y se troca en risa cuando llega a los labios. Observo nuestra evolución y una mezcla de orgullo y depresión inundan mi pecho y mi corazón. Nuestro camino se separa lenta e inexorablemente mientras perseguimos nuestras propias metas. El fin de un ciclo, el inicio de otro.

¿Volverán a unirse nuestros pasos en algún punto del camino? Solo el tiempo puede responder al gran interrogante que se forma en mi cabeza. La esperanza me dice que si, el corazón duda de esa verdad. Sin embargo, pase lo que pase, me consideraré un ser dichoso ya que siempre podré decir que, en algún punto de mi camino, mis pies anduvieron junto a vuestros pasos, mis manos tocaron vuestras manos, mis oídos guardaron vuestros deseos y secretos y los vuestros guardaron los míos.

Quizás ahora estemos ya muy cerca del final, los caminos cada día se bifurcan más. Mi único deseo: que sigáis vuestro camino y este os lleve a vuestros sueños y vuestra felicidad. También, de ese modo, en mi camino esta surgirá. Quizás volvamos a encontrarnos en el final.